sábado, 5 de junio de 2021

La Sala

Escena en el juzgado


Mirándose al espejo compobó que estaba vestida para la ocación, un traje sobrio y zapatos de medio tacón oscuros, ropa cómoda para soportar las horas que hicieran falta en la sala, la rutina diaria se había vuelto impresindible para continuar con su vida sin aparentes altibajos, cuando cerró la puerta tras de sí se vió a sí misma abriéndola 8 horas más tarde, subiendo las escaleras, colocando toda su ropa en la bolsa para la lavandería, llenando la bañera con agua caliente y tomándose una gran copa de vino tinto; miércoles, viernes y sábado yoga en el gimnasio y todos los días una caminata con la perrita de una hora antes de dormir por la playa, la agenda de trabajo se llevaba con extremo cuidado, para ello dedicaba la primera hora de la mañana y al menos la última de la tarde, nada quedaba a las sorpresas y sostenía que la improvisación era la mayor causa de desaciertos en la vida, por eso su equipo de trabajo funcionaban como un reloj y eran la eficiencia misma, este modo de vida que adoptó en su juventud y que por supuesto contribuyó a que se graduara con honores de la universidad la había alejado paulatinamente de sus amigos y familiares, cuando desidió casarse y formar una familia parece que sobreestimó su capacidad de adaptación y que el día solo tiene 24 horas, les llevó un año y medio a la pareja darse cuenta que prioridades eran fundamentales y sin mucho ruido cada uno tomó su propio camino, el pragmatismo y la objetividad eran junto con el esepticismo los rectores necesarios con los que una persona que tiene en sus manos la libertad o la condena de otro ser humano debe vivir, los sentimentalismos, las emosiones tanto las que se despiertan hacia los demás como las propias deben estar bien atados, el que sepa crear un espacio en la mente y colocarlo todo allí, donde el pasado, presente, y futuro hablen entre sí pero que no salgan a menos que se les invite. - “Y yo personalmente no lo recomiendo” decía el profesor en clase de Derecho Natural. Errare humanum est nos recordaba En el banquillo del acusado nos sentamos todos como sociedad pero una vez que salimos de la sala sólo somos un hombre o una mujer que trata de vivir su vida lo mejor que puede.


20. Oliver Wendell Holmes, JR (1841-1935)
Best judge in the history

Abogado y juez del Tribunal Supremo de EEUU, luchó contra la rigidez del Derecho para postular su adaptación al contexto social. Una de sus frases más célebres fue: “La vida del Derecho no ha sido la lógica, sino la experiencia” (“The Path of the Law”, 1897). Era conocido como “El Gran Disidente” ya que prodigaba votos particulares en el Tribunal Supremo para defender sus convicciones.

14. Rudolf von Ihering (1818-1892)sociologist of law better world

Catedrático de Derecho Romano de la Universidad de Viena es considerado padre de la Sociología jurídica. Afirmaría que “El Derecho que no lucha contra la injusticia, se niega a sí mismo” (Der Kampf ums Recht , 1872-o “La lucha por el Derecho”).

21. Giussepe Chiovenda (1872-1937)Mejor procesalista

Catedrático de Derecho Procesal de la Universidad de Roma es uno de los padres de las garantías procesales, que dotó de fuerza y autonomía las piezas del proceso (jurisdicción, acción, procedimiento); no en vano le llamaban “El gran

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