miércoles, 16 de junio de 2021

El Justiciero

Subir las escaleras de aquel viejo, pero elegante edificio, cada mañana no dejaba de emocionarlo de alguna forma. El mármol mellado y gastado había sobrevivido dignamente durante casi una centuria. Sin embargo, los frescos que en su día decoraban las paredes y los techos de los salones ya no eran los mismos. Quedaba eso sí una lejana sensación del poder y la grandeza de quienes se alojaron allí antes de la guerra, pero las lujosas habitaciones y pasillos tuvieron que ceder ante la urgencia de las camillas. La alegre música de los bailes de los domingos fueron reemplazados por los gemidos de los pacientes y el trasegar de gentes afanadas. La alacena del sótano fue morge durante varios años y los jardines eran improvisados secaderos de ropa blanca que se mecía al viento.

Cuando finalmente se quedaron mudos los cañones solo fueron para dar paso a incendios y reyertas. El éxodo y el hambre cubrió la existencia de todos con un frio silencio, se podía ver en cada niño que mendigaba por la calle la sombra oscura que los reclamaba. Sus ojos se hacían cada vez más grandes y sus huesudas manos más temblorosas. Una carreta pasaba cada mañana recogiendo pequeños y medianos bultos que todos intentábamos no ver. Finalmente, los olvidamos porque vinieron tiempos mejores y nadie quiere recordar la pesadilla del pasado. Pero la historia está allí, anclada a la tierra como esas losas de mármol que han vuelto a brillar para recibir esta vez a un ejército con trajes oscuros y miradas serias, a policías, criminales e imputados, a testigos y familiares, de lunes a viernes de 9 de la mañana a 4 de la tarde.

A un costado de los jardines, se yergue impasible un caucho americano centenario que ha hecho suyo el lugar. En verano, nos regala una sombra fresca. Quizá por ello, o por que de su madera no se puede hacer leña, ha sobrevivido indembe hasta hoy. Me gusta imaginar que por allí caminaban de la mano la hermosa Rita y el Conde, con el eco del las olas de fondo y una luna esquiva que se esconde tras un girón de nube. Las grandes raíces nos sirven para sentarnos a comer el emparedado a medio día y a descansar entre turnos, fumar un cigarro y alejarnos un poco del barullo.

Hace casi cinco años que llegué trasladado como agente judicial, supuse que sería un progreso en mi carrera, un cambio. Pero henos aquí, paseando delincuentes que han reincidido una y otra vez, vemos como reos y familiares nos desafían con sus risas y amenazas veladas, eso en la primera planta por que las causas de la “gente importante” se dirimen en las salas superiores y se leen en las carpetas los otrora respetados nombres ilustres de nuestro querido país, aquí la mayoría se archivaran hasta prescribir mientras la tinta en sus hojas se vuelve casi imposible de leer.

Esta semana recibimos del alcalde un reconocimiento por nuestra labor “incansable” en la consecución de la justicia, la recepción se lleva a cabo el sábado en las mismas instalaciones del otrora gran hotel.

Llegado el día de la recepción me había quedado en un rincón desde donde observaba aquel danzar de copas, y conversación animada hasta que me sacó de mis cavilaciones mi jefe.

Deja esa cara larga me espetó, es nuestro deber que nos vean contentos y satisfechos con el trabajo que se hace aquí, “somos uno de los pilares de la nueva España” no somos perfectos pero con seguridad mucho mejor es lo que hay hoy día que hace veinte años! Y con paso decidido se integró al grupo del consejero de urbanismo y algunos empresarios.

Don Antonio como muchos lo llamaban estaba con la edad de jubilación cumplida, presenció de primera mano “los grandes cambios” de su generación; las guerras, el hambre pero también la recuperación económica el trabajo y por su puesto el amor, también los grandes avances tecnológicos que transformaron la vida de todos. No obstante cada día sin faltar se desviaba para pasar delante de la vieja casona donde residía Clarita y su mirada se dirigía hacia el ala sur donde se podía ver un balcón bellamente adornado con claveles de distintos colores, macetas de un azul brillante coronados con frondosas plantas, sonreía y seguía su camino sin detenerse. Muy atrás habían quedado las largas marchas en las que todos huían tratando de encontrar un refugio de la barbarie. Decidido a cumplir con su palabra cuidó de Clarita y de sí mismo, trabajó como ayudante en la cocina de una casa-comida que es como se les conocía entonces a las ventas populares, allí llegaban los trabajadores del puerto y comerciantes que necesitaban un alquiler económico y central. Los finos modales de la niña despertaron alguna suspicacia por parte del posadero en un principio pero su mujer le instó a darle cobijo a los dos hermanos intuyendo que les traería algún beneficio extra en el futuro, eso y la moneda de plata que se guardó rápidamente cuando el niño pidió cobijo. Una tarde el bullicio de la ciudad paró de repente y luego un murmullo de asombro se coló en la posada. Ya están las tropas de los revolucionarios aquí, estamos atrapados! Y el sitio de la ciudad lo ensombreció todo en medio del pánico y desconcierto inicial los niños ya habían encontrado por fortuna un refugio en la casa-comida. Por orden del posadero el pequeño Antonio se introdujo por un agujero en un lote baldío que era contiguo a las caballerizas, allí en un rincón reposaban dos años de estiercol y paja amontonados, alrededor una maleza alta que se asomaba por la verja que lo circundaba y en el centro como un oasis una huerta perfectamente cuidada. Escucha con cuidado le dijo el posadero mirándolo con unos ojos de fuego, este es nuestro secreto, ahora tú vendrás en la primera hora de la mañana y a la última de la tarde y sin que nadie te vea regarás la huerta y la cuidarás, no dejes nunca la entrada descubierta ni hagas ruido allí. Te va la vida en ello le dijo mientras tragó saliva. Entiendes? Asintió con la mirada y ambos se perdieron entre las sombras de la tarde. Dias después oyó unos ruidos desde la huerta y por una rendija pudo ver como aquel hombre robusto bajaba por una escalera mientras su mujer vigilaba la entrada de una de las caballerizas. Al poco rato volvía con unos sacos para luego cuidadosamente cubrir la entrada con paja y estiercol. Vivía por entonces allí un viejo gaditano de aspecto afable pero triste, el posadero lo trataba con gran respeto y muy frecuentemente recibía en su mesa personas de buen vestir que se despedían con gran deferencia, supo Antonio por una de las lavanderas que de joven era un prospero comerciante en Marruecos y que vivía en Melilla hasta que hace unos 25 años volvió a la península habiendo enterrado a toda su familia tras el sitio de la ciudad. Vivía allí desde hace unos 10 años de forma muy austera y recogida, salía de mañana y volvía pasado el medio día siempre cargando en su mano algún viejo libro, de habla pausada y serena no le escuchabas al menos que estuvieras bastante cerca y curiosamente ni cuando apoyaba el bastón en el suelo este producía ruido alguno. Don Ignacio Perez que era su nombre llamó al joven Antonio para que le sirviera una cerveza, el chico se la llevó y clavó los ojos en el libro que estaba sobre la mesa. Te gusta leer muchacho? Le dijo mirándolo fijamente. Sí Don Ignacio respondió y apunto estaba de marcharse cuando el viejo lo tomó del brazo firmemente. Te espero esta tarde en mi habitación luego de lo de la huerta y ven con tu hermana.

El crujido de la madera del pasillo debió de alertar a Don Ignacio por que cuando iba a tocar la puerta esta se abrió ante los niños. Seguid los dos les dijo con un tono bajo, dejar los zapatos allí mismo señalando una pequeña estantería que contenía dos pares de zapatos suyos muy lustrados dos bastones y un par de sombreros. Ya descalzos caminaron por una alfombra muy gruesa de esparto que se extendía por toda la habitación, al fondo contra la ventana una mesa larga y varias sillas que miraban al interior, era imposible ver las paredes que estaban cubiertas hasta arriba con estanterías llenas de libros perfectamente ordenados, en otras dos mesas más pequeñas se juntaban en carpetas papeles y algunos otros libros más. Los ojos de Clarita brillaron al recorrer la estancia, ese olor característico del papel la trasportó en un instante al despacho de su padre, su sonrisa iluminó el rostro de la niña mientras Don Ignacio la miraba asombrado por encima de sus pequeñas gafas. No hubiera querido pensar en sus propios hijos pero le fue imposible no hacerlo y cerrando los ojos contuvo sus lágrimas cuanto pudo. Toma pequeña y dándole un libro con los cuentos de Andersen papel y lápices de colores movió de una de las mesas su contenido, la niña se sentó sobre un cojín que puso el viejo en la silla mientras intentaba no salir del sueño en el que se creía estaba. Antonio muchacho he seleccionado para ti un libro que te ayudará con la huerta, no obstante aquí en este salón tendrás mucho para leer.















POEMA A MALAGA 1990





Málaga Perla del Mediterráneo

de calles empedradas y blancas paredes,

risas y danzas en tus plazas,

mil jilgueros en tus balcones anidaban.



En tus parques imponente tu arboleda,

apaciguas con tu sombra fresca

el tórrido calor del verano

y tus jardines, hay tus jardines!



Las olas vienen y van en tus playas

arrullando el sueño de tus hijos

acompañando a los que se aman.



Jazmines y naranjos perfumaban

aquél verano tus callejuelas y rincones,

hasta que un ave con la cruz gamada

trajo el fuego, la zozobra y el llanto.



Se llevó el viento,

tu perfume de mil flores,

y quiso ser él, el mismo que luego borrara

el hedor del azufre y los horrores.



Para los que vinieron y los que quedaron,

florecer los jazmines y naranjos quisieron.

Sus corazones por el miedo cerrados

reinó entonces la desconfianza y el recelo.



Pero hoy es el olvido el que tiñe

con nuevos colores tus avenidas y plazas,

tus campos, tus playas abarrotadas

hoy no duermes entre risas y risotadas?



Cubierto de polvo encerrada la historia en algún libro estará,

y nosotros, los últimos viejos, que nos vamos pronto,

sin poder olvidar aquello, vemos, sí, vemos!

¿pues no es ahora como antaño todo igual de bello?



¿Y si todo cambia sin espera?

Si hoy son todo risas y bailes y luces y fiestas,

¿qué mañana les espera?



Autor desconocido









En Cadiz. Verano del 1936 (Antonio nace en el año 1922)



Las tropas rebeldes se habían ido replegando en secreto desde hacía varios meses a la bahía de Cadiz, el destructor “Churruca” llevaba ya dos semanas fondeado en puerto, era el principio y el fin de un ciclo, los ciudadanos ahora eran vencedores o vencidos y la felicidad de muchos no tardaría en ser sepultada por la guerra, hoy la bahia estaba militarizada y durante esa semana varios navíos desembarcaron con las fuerzas rebeldes procedentes de marruecos Don alonso encontrándose entre los muros de las cuatro torres acusado por sedición y traición a la patria esperaba como tantos otros el final que anunciaban los disparos los viernes luego de la misa de la mañana, el sermón y las oraciones en que se exhortaba a la humanidad a reconocerse a todos como hermanos, al perdón y al amor fraterno resonában en la capilla de aquel fuerte donde otros sucesos similares habían tenido lugar en tiempos de la inquisición. Las palabras no llegaban a ninguna parte, nadie parecía oir al sacerdote que en un intento por convencerse a sí mismo cerraba los ojos y alzando la voz imploraba como si fuera él mismo el que fuera a ser sacrificado en nombre de su Dios y su justicia. lmpotente ante los hechos Don Alonso se refugiaba en los bellos recuerdos de su familia, al campo oloroso y florido de la primavera, a los labios de su mujer... de pronto se encontraba viviendo en su mente cómo corrió aquella mañana tras conocer que clarita imprudentemente se había montado en su yegua había quedado inconsiente durante unos minutos tras caerse mientras jugaba a las carreras con sus hermanos mayores. Ese día conoció el pánico y al verla tan quieta entre aquellas piedras temió lo peor, la recogió con cuidado y sujetandola entre los brazos con cuidado se dirigió a la casa ahogando su dolor con una calma surgió de quien finalmente acepta lo inevitable. mientras subía las escaleras un pequeño movimiento de la mano de la niña lo devolvió a la vida, y ahora, como entonces una llamarada de felicidad inundó su corazón. Todo era luz y tranquilidad en ese momento, sus ojos brillaron con intensidad y una sonrisa de gratitud se fijó en su rostro, así lo encontró su primo en la improvisada morgue a donde fue para cerciorarse de su triunfo, pero al verlo allí tendido tuvo que tocarlo para comprobar que estaba muerto, pues parecía que soñaba plácidamente, no era como otros cadáveres rígidos y ausentes, en cambio daba la impresión que se iba a levantar en cualquier momento con ese humor festivo que siempre le reprochó y envidió muy adentro. He ganado se decía! Y sin embargo su respiración se hacía cada vez más corta y rápida, tras unos segundos la visión de aquella sala se tornó cada vez mas oscura y cayó al suelo de un solo golpe, entró la guardia al momento y lo encontraron desmayado a los pies del difunto. Despertó sobresaltado por unos vapores que le dió el doctor y queriendo tomar sus armas de un salto, se precipitó al suelo en medio del asombro de los presentes. Incapaz de sostenerse en pie entre el médico y su ayudante lo subieron de nuevo a la cama. El doctor y su ayudante se miraron preocupados pero vieron en él claramente lo que la guerra hacía a muchos supervivientes, le inyectaron un calmante y a la salida recomendó que no lo dejaran ni un instante solo y que apartaran todas las armas y elementos cortopunzantes de la habitación.


Don Alonso, encontrándose en la cárcel de Cádiz acusado por sedición y traición a la patria, esperaba como tantos otros el final que anunciaban los disparos los viernes luego de la misa de la mañana. El sermón y las oraciones en que se exhortaba a la humanidad a reconocerse a todos como hermanos, al perdón y al amor fraterno resonaban en la capilla de aquel fuerte donde otros sucesos similares habían tenido lugar en tiempos de la Inquisición. Las palabras no llegaban a ninguna parte, nadie parecía oír al sacerdote que, en un intento por convencerse a sí mismo, cerraba los ojos y alzando la voz imploraba como si fuera él mismo el que fuera a ser sacrificado en nombre de su Dios y su justicia. Impotente ante los hechos, Don Alonso se refugiaba en los bellos recuerdos de su familia, al campo oloroso y florido de la primavera, a los labios de su mujer... De pronto, se encontraba viviendo en su mente cómo corrió aquella mañana tras conocer que Clarita, imprudentemente, se había montado en su yegua y había quedado inconsciente durante unos minutos tras caerse mientras jugaba a las carreras con sus hermanos mayores. Ese día conoció el pánico y, al verla tan quieta entre aquellas piedras, temió lo peor. La recogió con cuidado y sujetándola entre los brazos, se dirigió a la casa ahogando su dolor con una calma que surgió de quien finalmente acepta lo inevitable. Mientras subía las escaleras, un pequeño movimiento de la mano de la niña lo devolvió a la vida, y ahora, como entonces, una llamarada de felicidad inundó su corazón. Todo era luz y tranquilidad en ese momento, sus ojos brillaron con intensidad y una sonrisa de gratitud se fijó en su rostro. Así lo encontró su primo en la improvisada morgue a donde fue para cerciorarse de su triunfo, pero al verlo allí tendido, tuvo que tocarlo para comprobar que estaba muerto, pues parecía que soñaba plácidamente. No era como otros cadáveres rígidos y ausentes, en cambio, daba la impresión que se iba a levantar en cualquier momento con ese humor festivo que siempre le reprochó y envidió muy adentro. "¡He ganado!" se decía. Y sin embargo, su respiración se hacía cada vez más corta y rápida. Tras unos segundos, la visión de aquella sala se tornó cada vez más oscura y cayó al suelo de un solo golpe. Entró la guardia al momento y lo encontraron desmayado a los pies del difunto. Despertó sobresaltado por unos vapores que le dio el doctor y, queriendo tomar sus armas de un salto, se precipitó al suelo en medio del asombro de los presentes. Incapaz de sostenerse en pie, entre el médico y su ayudante lo subieron de nuevo a la cama. El doctor y su ayudante se miraron preocupados, pero vieron en él claramente lo que


Don Alonso, encontrándose en la cárcel de Cádiz acusado por sedición y traición a la patria, esperaba como tantos otros el final que anunciaban los disparos los viernes luego de la misa de la mañana. El sermón y las oraciones en que se exhortaba a la humanidad a reconocerse a todos como hermanos, al perdón y al amor fraterno resonaban en la capilla de aquel fuerte donde otros sucesos similares habían tenido lugar en tiempos de la Inquisición. Las palabras no llegaban a ninguna parte, nadie parecía oír al sacerdote que, en un intento por convencerse a sí mismo, cerraba los ojos y alzando la voz imploraba como si fuera él mismo el que fuera a ser sacrificado en nombre de su Dios y su justicia. Impotente ante los hechos, Don Alonso se refugiaba en los bellos recuerdos de su familia, al campo oloroso y florido de la primavera, a los labios de su mujer... De pronto, se encontraba viviendo en su mente cómo corrió aquella mañana tras conocer que Clarita, imprudentemente, se había montado en su yegua y había quedado inconsciente durante unos minutos tras caerse mientras jugaba a las carreras con sus hermanos mayores. Ese día conoció el pánico y, al verla tan quieta entre aquellas piedras, temió lo peor. La recogió con cuidado y sujetándola entre los brazos, se dirigió a la casa ahogando su dolor con una calma que surgió de quien finalmente acepta lo inevitable. Mientras subía las escaleras, un pequeño movimiento de la mano de la niña lo devolvió a la vida, y ahora, como entonces, una llamarada de felicidad inundó su corazón. Todo era luz y tranquilidad en ese momento, sus ojos brillaron con intensidad y una sonrisa de gratitud se fijó en su rostro. Así lo encontró su primo en la improvisada morgue a donde fue para cerciorarse de su triunfo, pero al verlo allí tendido, tuvo que tocarlo para comprobar que estaba muerto, pues parecía que soñaba plácidamente. No era como otros cadáveres rígidos y ausentes, en cambio, daba la impresión que se iba a levantar en cualquier momento con ese humor festivo que siempre le reprochó y envidió muy adentro. "¡He ganado!" se decía. Y sin embargo, su respiración se hacía cada vez más corta y rápida. Tras unos segundos, la visión de aquella sala se tornó cada vez más oscura y cayó al suelo de un solo golpe. Entró la guardia al momento y lo encontraron desmayado a los pies del difunto. Despertó sobresaltado por unos vapores que le dio el doctor y, queriendo tomar sus armas de un salto, se precipitó al suelo en medio del asombro de los presentes. Incapaz de sostenerse en pie, entre el médico y su ayudante lo subieron de nuevo a la cama. El doctor y su ayudante se miraron preocupados, pero vieron en él claramente lo que






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sábado, 5 de junio de 2021

La Sala

Escena en el juzgado


Mirándose al espejo compobó que estaba vestida para la ocación, un traje sobrio y zapatos de medio tacón oscuros, ropa cómoda para soportar las horas que hicieran falta en la sala, la rutina diaria se había vuelto impresindible para continuar con su vida sin aparentes altibajos, cuando cerró la puerta tras de sí se vió a sí misma abriéndola 8 horas más tarde, subiendo las escaleras, colocando toda su ropa en la bolsa para la lavandería, llenando la bañera con agua caliente y tomándose una gran copa de vino tinto; miércoles, viernes y sábado yoga en el gimnasio y todos los días una caminata con la perrita de una hora antes de dormir por la playa, la agenda de trabajo se llevaba con extremo cuidado, para ello dedicaba la primera hora de la mañana y al menos la última de la tarde, nada quedaba a las sorpresas y sostenía que la improvisación era la mayor causa de desaciertos en la vida, por eso su equipo de trabajo funcionaban como un reloj y eran la eficiencia misma, este modo de vida que adoptó en su juventud y que por supuesto contribuyó a que se graduara con honores de la universidad la había alejado paulatinamente de sus amigos y familiares, cuando desidió casarse y formar una familia parece que sobreestimó su capacidad de adaptación y que el día solo tiene 24 horas, les llevó un año y medio a la pareja darse cuenta que prioridades eran fundamentales y sin mucho ruido cada uno tomó su propio camino, el pragmatismo y la objetividad eran junto con el esepticismo los rectores necesarios con los que una persona que tiene en sus manos la libertad o la condena de otro ser humano debe vivir, los sentimentalismos, las emosiones tanto las que se despiertan hacia los demás como las propias deben estar bien atados, el que sepa crear un espacio en la mente y colocarlo todo allí, donde el pasado, presente, y futuro hablen entre sí pero que no salgan a menos que se les invite. - “Y yo personalmente no lo recomiendo” decía el profesor en clase de Derecho Natural. Errare humanum est nos recordaba En el banquillo del acusado nos sentamos todos como sociedad pero una vez que salimos de la sala sólo somos un hombre o una mujer que trata de vivir su vida lo mejor que puede.


20. Oliver Wendell Holmes, JR (1841-1935)
Best judge in the history

Abogado y juez del Tribunal Supremo de EEUU, luchó contra la rigidez del Derecho para postular su adaptación al contexto social. Una de sus frases más célebres fue: “La vida del Derecho no ha sido la lógica, sino la experiencia” (“The Path of the Law”, 1897). Era conocido como “El Gran Disidente” ya que prodigaba votos particulares en el Tribunal Supremo para defender sus convicciones.

14. Rudolf von Ihering (1818-1892)sociologist of law better world

Catedrático de Derecho Romano de la Universidad de Viena es considerado padre de la Sociología jurídica. Afirmaría que “El Derecho que no lucha contra la injusticia, se niega a sí mismo” (Der Kampf ums Recht , 1872-o “La lucha por el Derecho”).

21. Giussepe Chiovenda (1872-1937)Mejor procesalista

Catedrático de Derecho Procesal de la Universidad de Roma es uno de los padres de las garantías procesales, que dotó de fuerza y autonomía las piezas del proceso (jurisdicción, acción, procedimiento); no en vano le llamaban “El gran

jueves, 27 de mayo de 2021

El Encuentro




Cuando llegó estaba trabajando con dos de sus asistentes que al veme se apresuraron a organizar los documentos en el portafolio y se despidieron amablemente, estábamos en la cafetería del parador, desde la terraza se podía ver un valle inmenso y verde, allí estaba él, la calidez de su mirada y sus modales refinados fueron los rasgos que siempre mantuve como el mejor de los recuerdos, mi cara en cambio estaría hecha un desastre, llevaba meses de insomnio, mi pareja repentinamente me había dejado y nadie sabía nada salvo esa estúpida nota que encontré sobre la mesa. “No me busques, no volveré, todo ha sido un gran error” Llenando el parte de desaparición en la comisaría la agente al leerla me dijo que pasara página, que seguramente habría encontrado a alguien más, y que era muy común justo en Diciembre. ¿Este es tu número no? - Si asentí. Vale, procura no estar sola y si puedes vete de vacaciones con tu familia o con amigos. No te quedes sola me repitió poniendo su mano en mi antebrazo cuando me marchaba. Así que cuando mis compañeras de gimnasio me propusieron este retiro en medio del campo simplemente obedecí el consejo! Y ahora estoy aquí hablando personalmente con usted. No me lo puedo creer! Pasamos al menos dos horas allí mientras yo hablaba sin parar, a la segunda llamada que recibió y disculpándose se puso en contacto con una de sus ayudantes para que recogiera su teléfono y se encargara de recibir las llamadas, pues según dijo, estaba en una reunión muy importante. Atendió a la chica en la puerta y luego de unas breves indicaciones se retiró pronta como vino, se disculpó con migo y mirando de soslayo el reloj de pulsera se sentó. Si no tiene tiempo le dije podemos... no me dejó terminar la frase. Mirándome fija pero amorosamente me dijo que estaba allí por mí. No supe que responder y creo que me sonrojé,  serenamente se acomodó en la silla y contemplando el paisaje extenso que se divisaba desde aquel balcón natural sobre las montañas suspiró. La belleza del mundo es incomparable, allí abajo convive el lobo y el carnero, la perdiz y el águila, todos los mundos posibles y es allí mismo donde se abre el sendero que nos lleva a la libertad, sin embargo el primer paso lo damos no con el cuerpo, si no con el corazón. Mirándome fijamente a los ojos y con una gran ternura me pidió que continuara con mi “historia” Después de la tormenta que había pasado, aquel remanso de paz era simplemente algo que parecía irreal, me sentía flotar y tuve incluso que hacer un esfuerzo para traer a mi memoria mis sucesos personales y sobre todo las preguntas que había elaborado durante los primeros días en el ejercicio de “la incertidumbre” Como no podía recordarlo todo con claridad eché mano de mis anotaciones y cuando iba a empezar a leerlas me detuvo. Puso su mano sobre la libreta  cerró los ojos y me dijo suavemente, es hora de trascender. Acto seguido me dijo que tomara los papeles y sin pensarlo los tirara a las brasas de la chimenea, allí chisporrotearon rápidamente y nos quedamos en silencio unos minutos. El pasado no es más que un amasijo de recuerdos, has llegado hasta aquí y no hay nada más importante ni hermoso en la vida que lo que se nos desvela en el instante. ven, si te parece podemos regresar, vayamos andando juntos hasta el campamento. De camino saludó a varias lugareños y dejó una generosa limosna a cada persona que le pedía. Recibe más quien puede dar, dijo sonriendo.

 Los almendros estaban florecidos y una fina luz rozada reverberaba entre sus ramas desnudas, caminamos al menos una hora sin pronunciar palabra hasta llegar a las puertas de la finca, una vez allí lo vi desaparecer entre una pequeña muchedumbre, el tiempo había pasado de pronto muy aprisa, reunidos alrededor del fuego aquella noche volví a pensar en lo que había escrito con tanto afán los días anteriores, tanta angustia, tanto temor y ansiedad y ahora parecía que se habían hecho humo y ni siquiera podía recordarlo con claridad, eran como un mal sueño, esta era la tercera noche, la noche del silencio donde se nos pedía no pronunciar ninguna palabra y “reposar en silencio” Aunque no eran ni las 9 de la noche me noté muy cansada y me fui a la cama. Abracé una almohada como cuando era niña y en lugar de llorar hasta quedarme dormida sonreí y recordé esa mirada profunda y clara, la belleza del mundo es incomparable me dije recordando sus palabras y me quedé profundamente dormida.

De regreso a la ciudad era otra persona, bastó una semana en las montañas para recobrar mi espíritu luchador, lo primero que hice al llegar fué recoger todos los recuerdos que tenía en la casa y empacarlos en grandes bolsas de basura, encendí la chimenea y con una gran taza de café humeante en mi mano tiré sin pena alguna todas las fotografías, las flores secas del jarrón, la denuncia y la nota también. Recordé las palabras de la agente y brindé por ella al aire! Salud amiga!!


Como hacia mi padre desde que fundó la empresa él era el primero en llegar y así empecé aquel lunes. Buenos días señora De.Marco me dijo mi secretaria desde la puerta de la oficina, la invité a pasar y ya traía en su mano su carpeta con los asuntos pendientes. De señora nada, ahora señorita dije riendo. Bueno que tenemos para hoy? El abogado ha llamado con insistencia y el director del departamento de contabilidad ha pedido una reunion “urgente” con el comité. De acuerdo, supongo que están esperando para pasar, así que diles que nos vemos en la sala de juntas en 10 minutos, que haya café y flores en el jarrón como de costumbre. Algo más? Si el señor De Marco su hermano ha confirmado que llega en el vuelo del mediodía mañana. De acuerdo, que tengan todo preparado para él en la casa grande. - Me ha pedido que le reserve una habitacion en el Hyatt por lo que resta de la semana y que se vuelve... - Bueno, pues lleva a cabo los preparativos, parece que volvemos a los viejos tiempos! La reunión transcurrió como tantas otras desde el inicio de la crisis, recortes del personal, venta de activos, estrategias de márketing, proyecciones financieras y siempre tratando de reflotar un negocio que para todos había representado prácticamente su vida, el vacío que había dejado mi padre se hacía cada vez mas evidente y aunque yo actuaba con desición y firmeza como había aprendido de él era solo eso, una actuación en la que todos participábamos de común acuerdo. En la antesala me esperaba el abogado con esa cara de resignación que antecedía a las no muy buenas noticias – He cancelado las tarjetas y la cuenta de ese señor y debo decir que ha tenido la gentileza de llamarme para recordarme lo mucho que me aprecia dijo con sorna. Bueno supongo que oiremos noticias suyas nuevamente cuando termine el efectivo que logró retirar. Pero no hablemos más de este asunto que ya es pasado. ¿Sábes que mi hermano llega mañana? Si. Me contestó secamente, pero estamos preparados para contra atacar. De eso quería que hablaramos, pero no aquí, vamos a mi oficina. Aùn cuando había cambiado la decoración de la oficina de gerencia, había dejado el retrato de los abuelos y las fotografías de los “ilustres” como les decía mi hermano. Y aunque parezca una tontería, cada vez que entraba esperaba encontralo a él sentado con su pipa en la mano entre un mundo de papeles y libros, la mesa larga llena de planos, rollos de papel en el rincón de los proyectos. El olor de la picadura le daba un toque unico, así era todo él, creativo, audaz, seguro de sí mismo, con una visión que nadie comprendía pero que había dirigido la empresa con éxito entre todas las visisitudes de aquella época convulsa. “Llegamos a no tener nada, peor que eso. Mucho menos que nada! Tanto así, que caer ya no era posible, así que nos sacudimos el polvo y salimos a conquistar el mundo! Concluía con orgullo cada vez que se encontraba contando alguna historia de la empresa. Con letras plateadas rezaba su lema: “Quién pierde su fe no puede perder más”

Querido amigo le dije sentándome a su lado en el sofá, me has visto crecer, he pasado más tiempo con tigo que con mi propio padre, me has aconsejado y soportado sin criticarme nunca, he tratado de llevar la compañía lo mejor que he podido, pero no soy mi padre. Nadie puede serlo me dijo, y concluyó mirandome con esa sosegada calma que dan los años, siempre estaré con ustedes dos pase lo que pase, me alegra ver que te encuentras mejor y que has vuelto a sonreir como antes. De forma automática empecé a girar con los dedos las cuentas de una pulcera que llevava como un tesoro en mi muñeca izquierda, me la había traído mi padre desde la India en uno de sus innumerables viajes de negocios junto con unas muñecas de madera muy elaboradas, a mi hermano unas tallas de elefantes y tigres que hicieron nuestras delicias en la arena. Rudrashka me dijo con un tono de melancolía, tu padre nos regaló a todos una de esas pulceras mágicas que nos protegerían de todos los males! Y se levantó cansado dirigiéndose a la ventana, han pasado quince años desde que... desde aquel día y no he logrado dejar de pensar en ello. Si no le hubiera insistido en que fueran a esa convención, mi querida hija, tu padre y los pequeños estarían con nosotros. Sus palabras dieron paso a una sombra fría que inundó la estancia y poco a poco sentí hundirme cada vez más en el sofá, los recuerdos empezaron a girar y en ese momento timbró el teléfono. Si diga articulé como pude. - Señora De Marco... Si, soy yo. Su voz grave pero suave me sorprendió gratamente. Señora De Marco repitió espero no molestarla, para nada dije rápidamente. Le llamo directamente para comunicarle que hemos tenido que cancelar el taller del próximo mes, salímos de viaje a Indonesia y aún no sé el tiempo que vamos a tardar en volver. Espero que se encuentre mejor. Un saludo. Muchas gracias respondía atónita y luego de un poco de barullo en la linea se colgó la llamada.

Nadie puede culparse de un accidente le dije, ellos ya no están aquí, se han marchado y nosotros tenemos que pasar página y seguir adelante. Y de eso es precisamente de lo que quiero que hablemos, he pensado en dejar la compañía no se si definitivamente o por un tiempo, mi hermano llega mañana y quiero que lo hablemos juntos, lo miré buscando aprobación en su mirada, se sacó lentamente las gafas para limpiarlas como hacía siempre que reflexionaba, cada persona debe seguir su sueño, me dijo tu padre cuando salimos de la universidad, y a ves, a veces seguir tu sueño es seguir a un gran hombre como lo fuera él, ustedes dos son lo único queda de él pero también han de seguir su camino, tienes los ojos de tu madre me dijo acercándose y el ímpetu de tu padre, recuerda siempre. Quien pierde su fe no puede perder más. Pero es la fe en si mismo no en la de otros. Cuando tú salgas por esta puerta, yo saldré detrás y mi tiempo aquí habrá terminado. No te aburriré más con mis achaques y dándome una palmadita en la espalda salió tranquilamente.

La Niña

La historia de mi padre era realmente sorprendente, aunque nunca lo había visto en persona, sus fotografías estaban por toda la casa enmarcadas en elaborados marcos de madera de colores, de plata, y el que más me gustaba que tenía incrustaciones de nácar y brillaba con la luz de las velitas. Los domingos por la tarde nos sentábamos mis dos hermanitos y yo con mi madre y mis tías en el salón frente a la chimenea, ellas con su tasa de té en la mano y nosotros sentados en un mullido tapete, contra la pared había una gran sillón de madera decorada con una gorra de lana cuidadosamente puesta sobre el cojín que parecía presidir la estancia misma. Mi tía que era la mayor se disponía a leer la tan ansiada carta;



Mi querida y adorada familia:


El mundo tal como lo conocemos está cambiando a pasos agigantados, por razones que algún día comprenderán he tenido que abstenerme de comentaros todos los cambios que por gran fortuna se están operando en mi gracias a la ausencia de la negatividad de la gente y su sociedad que no alcanzan a traspasar las grandes montañas nevadas y llegar al valle donde unos pocos (pero suficientes) nos preparamos para volver cuando el tiempo sea el indicado, aunque estuve delicado de salud el invierno pasado eso se debe enteramente al agotamiento sufrido por los muchos años de tratar con personas que estaban perdidas en su propia egolatría pero que finalmente y gracias a una labor titánica que tuve la imperiosa necesidad de acometer finalmente han podido cruzar el puente que los ha puesto a salvo junto a nosotros. Os recuerdo que aunque físicamente no me encuentre con todos vosotros parte de mi ser se encuentra allí, en mi sillón observando y cuidándoos como siempre para que no os pase nada, mi ser se manifiesta y se expande con gran amor hacia todos vosotros y permanece junto a cada uno para que estéis protegidos en esta era de degradación como en la venidera que será llena de dicha. Nota: No olvidéis poner el té de jazmín en el altar con unas galletitas y mantenerlo todo muy limpio y ordenado! Que los niños os vean a las tres felices. El sueño que tuvo Helena está relacionado con la historia de Alicia en el país de las maravillas, el signo nos dice que ya es hora que la niña pase más tiempo en mi habitación y haga su siesta allí.(ya me contareis los cambios que tenga) Los días los paso como de costumbre, por las mañanas hacemos deporte y mis compañeros al estar libres de la influencia nefasta del mundo moderno me han reconocido mi estatus y aunque yo me lo proponga no me permiten hacer tareas manuales! Hoy un par de sudamericanos que llegaron hace un mes me han saludado muy deferentemente y me pidieron que les dejara encargarse a ellos de traerme a mi mesa la comida todos los días! Esto es un mensaje para todos, que sepáis que aquí dentro me encuentro con personas muy superiores a vosotros y es por esto que me he podido recuperarme casi totalmente del daño que desde pequeño recibí primero de mis padres y luego de ustedes principalmente. El gran sacrificio que he hecho a lo largo de mi vida se está viendo recompensado en la situación privilegiada que estoy viviendo y en la estabilidad y union que todos estáis manteniendo, estoy muy contento con todas las noticias que recibo de cada uno de vosotros y os repito, no os preocupéis por los que se marcharon y quisieron hacerme daño, pues nadie puede escapar al designio divino y es así que cada cual aun sin proponérselo cumple con su cometido, como siempre os digo, todos los sacrificios hechos hasta el último día serán recompensados.



Pd Como siempre debes leer tú primero la carta y comentarlo con las mayores por si hay algo que no conviene que escuchen los niños. Al final dale una nota ¡CORTA! personalizada a mi niña, que puede ser algo así (para que lo tengas en cuenta de ahora en adelante cuando hablemos de este tema) Mi querida princesa aunque debamos estar separados aún debes saber que tú tienes el lugar principal en mi corazón, eres la fuerza que mantiene mis días con alegría, y sueño con tenerte fuertemente entre mis brazos por siempre. Etc- Recordad que ella está destinada a ser la reina que lleve de mi mano y mostrarle desde ya el respeto y dignidad que se le debe, no es una “chica” normalita como ustedes y al tratarla como a cualquier persona se le hará un gran daño del que quizá nunca pueda recuperarse. Compra un chocolate que le guste y comete tu un trozo en mi nombre, luego dale el resto a la niña para que se lo coma y que guarde los papeles en la caja damasquinada que debe tener siempre a la vista en su habitación. Muy importante! Debes quemar la nota y todas las siguientes salvo que yo lo indique y guardar las cenizas de estas en la caja de plata hindú junto con las cenizas del incienso. Los niños son para el futuro nuestro bien más preciado y del mundo debéis protegerlos y cuidarlos como yo lo he hecho con todos ustedes.


Muy importante, seguir con vuestras prácticas, escribir con esmero y lujo de detalles todos los sueños en su correspondiente libreta y si hay alguno especialmente inspirado hacérmelo llegar, ya habéis visto lo beneficioso que ha sido para todos llevar los diarios personales y por sobre todo el de ella, hablar con la niña las horas que haga falta, que se incremente su confianza en las hermanas y confiarle también algún secreto para que crezca la fidelidad. Recordad lo que dijo vuestra hermana mayor llorando delante de todas en la casa de Toledo cuando recibió la noticia de su primer embarazo. María Magdalena renació cuando su Señor posó su mirada en sus ojos pecadores y lo dejo todo y le fue fiel pues su vida pasada era muerte y villanía más a su lado cualquier sufrimiento era gozo y alegría.





domingo, 23 de mayo de 2021

La Tormenta





La tormenta finalmente está aquí, esa imagen esquiva que le acompañara desde la adolescencia empezaba a tomar forma en la distancia, estaba en la soledad de la cabaña en la montaña, en los corredores de la universidad, en la sucia estación de Harlem, estaba en los ojos de desesperanza de esa anciana que pedía limosna en la puerta de la iglesia, en el frenesí de la disco, poco a poco se desvelaba detrás de cada caricia, de cada palabra hasta abarcarlo todo. Cuando quizo huir ya era demasiado tarde, lo supo cuando la divisó muy dentro de su propia mirada, había entrado a travez de ese espejo, en el amanecer, sigilosamente, eso pensó al principio tratando de establecer un límite entre la visión y su propio ser, pero ya lo sabía y se sorprendió a si mismo acurrucado en un rincon de su propia mente contra la pared y a oscuras contando una historia, describiendo paisajes y anécdotas que describían un mundo cada vez más complejo en el que se halló a su vez observándose. Una bocanada urgente de aire lo despertó de esa pesadilla, se incorporó de un salto y tras reconocer la habitación del hotel de forma casi involuntaria retiró las almohadas y se estiró sobre la cama, las manos sobre el abdomen subían y bajaban de forma lenta y acompasada, inspirando; uno, dos tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho. Reteniendo; uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis. Exhalando por la boca; uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho. Reteniendo el vacío; uno dos, tres, cuatro, cinco, seis. Inspirando lentamente de nuevo; uno, dos... En pocos minutos recobró el control de su ser, la angustia había dado paso a una tibia relajación, a un soñoliento estado de vigilia que le permitía desde hace una década vivir entre los demás, trabajar, divertirse y hasta amar se dijo para sí con una sonrisa al recordarlo a él. Nada hacía especial aquella mañana, la mirada perdida en el espejo se adentraba hasta el portal y se detenía justo allí, al borde del precipicio, un paso era lo que faltaba para ser libre o quizá para perderlo todo. Quien soy? se preguntó con insistencia durante casi un mes entre sollozos y risas, entre la desesperación y la resignación de aceptar que quizá nunca lograría saberlo, esos pensamientos entrelazaron cuerdas, construyeron el camino que finalmente la puso un día en la puerta de la facultad con una carta en la mano lista para empezar carente de toda esperanza para sí y absolutamente vacía para los demás.

lovesong Adele



El Justiciero

Subir las escaleras de aquel viejo, pero elegante edificio, cada mañana no dejaba de emocionarlo de alguna forma. El mármol mellado y gastad...